El fútbol es un estado de ánimo, 10ª parte

Sevilla 2 – Real Madrid 4

Y tres goles de Raúl!

El fútbol es un estado de ánimo, 9ª parte

Real Madrid 3 – Getafe 2.

Comenzar perdiendo desde el minuto 9, empatando al filo del descanso, jugando con diez casi toda la segunda parte por lesión de un jugador una vez que los tres cambios ya estaban hechos, perdiendo, un expulsado, penaltí en contra, que vamos y lo paramos, y gol de la victoria en el minuto 93…

He cantado el gol como si hubiéramos ganado la Copa de Europa, ay! (suspiro).

Valencia, el futuro ya está aquí

En Semana Santa aprovechamos para hacer uno de esos viajes que llevábamos mucho tiempo con ganas de hacer: ir a Valencia a visitar La Ciudad de las Artes y las Ciencias. Sólo puedo decir que ha sido ¡impresionante!

Cuando me imagino cómo serán las ciudades en el futuro tengo la sensación de que serán algo bien parecido a lo que he visto allí.

La verdad es que paseando entre los diferentes edificios de este complejo, no podía dejar de pensar en Gaudí: los arcos, las curvas, las parábolas, la naturaleza integrada con los edificios, el uso de trancadis (los mosaicos de cerámica) … Absolutamente genial.

Otra cosa ya es cómo los están llenando, porque mientras el Oceanográfico es muy recomendable, no puedo decir lo msimo del museo de la ciencia. Más de un 20% de los experimentos estaban rotos, otros muchos no estaban nada bien explicados y la verdad es que los temas de las exposiciones me dejaron más bien frío. Era lo que más me apetecía visitar y al final resultó ser bastante decepcionante. A ver si se ponen las pilas.

Por lo demás, el par de días que pasamos en Valencia se nos quedaron cortos para ver la ciudad. Volveremos pronto.

Las fotos, como siempre poco a poco aquí.

Blue Indigo pone a la venta sus fotos

Íñigo, de quién os he hablado en un par de ocasiones, tiene a la venta algunas de sus fotos. Si os gusta la fotografía, debéis echar un vistazo a su tienda.

Que por cierto, la ha abierto en Etsy, una comunidad que te ayuda a poner a la venta tu faceta artística: camisetas, fotos, cerámica, bordados, etc…

Richard Heeps

Tuvimos la suerte de encontrarnos con una exposición de fotos de Richard Heeps, del cual desconocía su existencia hasta hace unos días. Es un fotógrafo el cual ha dedicado varias series de fotografías a la cultura americana y en concreto a todo lo que tiene que ver con las décadas doradas de los 50 y 60: su estilismo, sus objetos, sus lugares, etc. Sus fotos respiran un marcado aire retro tan de moda últimamente.

Podéis ver sus diferentes colecciones de fotografías en su web, tanto esta serie como otros trabajos. Y si os gustan sus fotos podéis comprar su libro Man´s ruin.

Recuperando una foto borrada

Pues resulta que en el viaje de vuelta a Madrid me pongo a revisar las fotos y me doy cuenta que el día anterior debí borrar por error una foto que me gustaba bastante. Cierto que no era la foto de mi vida (bueno, nunca se sabe!) pero el caso es que me gustaba mucho. Me debí hacer el lío al revisar varias versiones de la misma foto y eliminé la que no debía.

El caso es que, tras pillarme un mosqueo que me duró bastante rato, me puse a pensar en todos esos post que he leído sobre programas para recuperación de archivos y en concreto sobre recuperación de fotos borradas en tarjetas de memoria. Tras leer varias recomendaciones sobre PhotoRec me decidí a probarlo. Entre las ventajas de este programa diré que es gratuito, sencillo de usar, con versiones Windows y Mac, y con una alta efectividad recuperando archivos.

Total, que gracias a PhotoRec recuperé la foto que véis arriba y alguna que otra que también había eliminado (sí, fueron unos días bastante absurdos con el botón de borrar!). Espero que nunca tengáis que veros en alguna situación parecida pero, por si acaso, apuntaros su nombre.

Diario de unos madrileños en Barcelona, y III

El finde pasado estuvimos por Barcelona, esta vez haciendo turismo.

Yo no debería ir a ciudades como Barcelona, porque veo a toda esa gente montada en bicis y me creo que es posible hacerlo en Madrid, y claro, no lo es. Pero los ves a todos tan tranquilos, conduciendo sus bicis de paseo, aparcándolas en el puerto, en las rambas, a la entrada de los bares…. Qué envidia!

Bacelona es de esas ciudades que uno debe ir de vez en cuando para inspirarse y coger buenas ideas. Es una ciudad donde todos se han creído que llevan el diseño en la sangre (¡cuánto peso tiene Gaudí en todo esto!) y tratan de demostrártelo a la mínima: en los carteles de la calle, en las fachadas, en los escaparates, en las marquesinas, en las paredes de cualquier bar, en los manteles… hay diseño por todas partes. Se nota que hay una preocupación artística general. Me he venido con la libreta llena de nombres de fotógrafos, de patrones de diseño, de enlaces a webs…  Como digo, una ciudad muy inspiradora.

Por lo demás, aprovechamos para visitar algunos lugares que nos habíamos dejado la última vez (en concreto La Catedral del Mar), para conocer algunos restaurantes e hincharnos a comer (ya subiré las direcciones a 11870) y para caminar sin parar durante 4 días y  tostarnos en la playa hasta ponernos rojos como guiris.

La foto de arriba la hice en el callejon donde estaba el restaurante modernista Els Quatre Gats.

Unidades E y unidades F

Entre el periodo que va entre finales de los años 30 y principios de los años 60, la división de General Motors especializada en la construcción de locomotoras (EMD) fabricó dos de los más espectaculares modelos de trenes: las unidades E y las unidades F.

Podría hablar sobre las bondades mecánicas y estructurales de ambos modelos, pero como no tengo ni idea de estas cosas, pues prefiero hablaros del diseño exterior de ellas que es lo que realmente me fascina. No sé si me gusta más su impresionante frente, el faldón de protección o su retro-futurista línea.

A poco que te pones a buscar encuentras que estos modelos han formado parte de la historia más brillante del transporte ferroviario americano, como The Super Chief, el Rio Grande o la Baltimore.

La verdad es que todo lo que rodea a estos modelos es ciertamente inspirador: su líneas, sus colores, sus texturas, sus anuncios, sus tipografías,… A ver si voy enterándome más del tema y saco algo en claro.

La foto de arriba es de RailPictures.net. Podéis echar un vistazo a más fotos buscando por modelos EMDF7 o EMDF9, por ejemplo.

Cocinero cocinero

Me gustan las recetas y me gustan los programas de la tele sobre cocina. Arguiñano es un crack, y el chavalote de SOS Cocinero también (hasta que ha desaparecido de la parrilla televisiva).

El caso es que hace unas semanas he descubierto a «Cocinero fiel«. Os dejo dos vídeos suyos con dos recetas: la tortilla de patata, que por fácil que parece no es nada sencillo que salga bien y él la clava, y una de humus, por si queréis atreveros con la cocina árabe.

Anarquía es el presente

Es lo que he escuchado esta mañana gritar media docena de veces a una quinceañera a la salida del instituto (bien vestida con unas zapatillas D&G y una mochila Roxy, eso sí). Me he reído pensando lo estúpidos que somos en la edad del pavo, pero….

… ¿y si la chavala tuviera razón?

«Cualquier noche puede salir el sol»

Ahí lo llevas.

Nueva lista de comics que comprarse

David Rubin, autor de La Tetería del oso malayo, reivindica el uso de la palabra «tebeo». Mientras me pongo a reflexionar sobre si seguir diciendo el tradicional «comic», la tan de moda «novela gráfica» o recuperar el españolísimo «tebeo», aquí va un nuevo listado de futuras compras (si antes no me los ha traído algún alma caritativa).

Pues eso.

Sin mucho que decir

Me doy cuenta que este blog se parece cada vez más a un fotoblog o un blog sobre fotografía. No era mi intención, pero tampoco creo que pueda dejar de hacerlo. Los que me conocéis sabéis que soy obsesivo hasta doler, y lo que me deja sin dormir ahora es la fotografía.

Tampoco me satisface especialmente llenaros esto de enlaces copypasteados de otros blogs, aunque es al final lo que todos hacemos. A ver si en algún momento recupero el ritmo.

Por lo demás, todo bien. Han sido una navidades geniales y un Enero nada malo. Y muchos planes, tantos que ando ciertamente bloqueado.

Esperemos que este sea un buen año.

La cosa manda huevos… ¡Kinder!

Schellingstrasse

Calle Schelling, Munich.

Rescatando a Polaroid

Ya os conté que Polaroid dejó de fabricar carretes el pasado Marzo, deteniendo el 31 de diciembre su completa producción. Pues bien, resulta que un grupo formado por 10 tipos muy listos, han decidido embarcarse en un proyecto imposible: tratar de fabricar carretes polaroid. Para ello incluso le han alquilado a la compañía su fábrica holandesa. Su objetivo es tener los primeros carretes fabricados para 2010. ¿Lo conseguirán? Ilford, gran compañía fotográfica, está detrás de todo esto por lo que parece que la cosa va en serio.

Echad un vistazo a su web The Impossible Project. ¡Larga vida a la fotografía instantánea!

Minolta

Más fotos aquí.

Aventureros al tren

Los Reyes Magos se portaron muy bien y me dejaron unos cuantos juegos de mesa en casa. Entre ellos la edición de este año del Trivial y también uno que tenía ganas de tener: Aventureros al Tren (o «Ticket to ride» para los anglos).

Jugando la primera partida uno entiende porqué ha recibido tantos premios desde su lanzamiento: la dinámica de juego es rápida y simple, las reglas concretas, apenas hay excesiva complejidad estratégica, el argumento es atractivo y se puede explicar en 2 minutos.

Se trata de ir uniendo ciudades a través de líneas de tren partiendo de unos destinos repartidos a suertes. El que más líneas construya y más destinos complete, gana la partida.

Lo que me sigue fascinando en los juegos actuales es la capacidad de dotar de valor añadido a la experiencia de juego. Por ejemplo, en el caso de «Aventureros al Tren» te regalan una suscripción a la comunidad online, donde hay partidas diarias y foros para comentar las jugadas con otros aventureros. Puedes también adquirir expansiones, comprar nuevos mapas (la putada es que no los venden sueltos, ooooh!) o incluso pasarte a la versión de cartas si es que te mola mucho.

Pues eso, que si buscáis un juego de mesa para todos los públicos y con capacidad de enganche, este parece ser el adecuado.

Zapatos de gamuza azul

No me pises más,
mis zapatos de gamuza azul.
No me pises más,
Mis zapatos de gamuza azul.

Estaba volviendo esta tarde del dentista, aún dolorido y ciertamente cansado de un viaje en metro de una hora y dos transbordos, cuando al llegar al último pasillo he empezado a escuchar a alguien cantando. Era un hombre de cincuenta y tantos años, con guitarra española en las manos, tocando la versión traducida de «Blue suede shoes».

Su manera de tocar no era nada profesional, ni siquiera amateur. Nada de micrófonos y voz de conservatorio. Nada de un amplificador en un carrito. Nada de eso. Él trataba de rasgar las cuerdas de su guitarra con la intención de obtener sonidos más o menos acordes y, al mismo tiempo, golpeaba la caja para hacerse los acompañamientos.

Nada de buena chaqueta de cuero, gafas de sol y pose de estrella. No. Allí estaba él, con vaqueros bien subidos, polo verde y una cazadora marrón.

Pero muchos huevos, eso sí.

Mientras iba caminando escuché su acelerada y semi-angustiosa voz repetir la estrofa un par de veces más, silenciándose poco a poco unos pasos atrás. Y en ese instante no pude dejar de imaginar que, a lo mejor, hace apenas unos días, su jefe, un engominado veinteañero ya subdirector de una de las muchas empresas grises y absurdas que hay, le firmó su finiquito y con un cínico apretón de manos le mandó al paro. La crisis, dicen.

Frente a otros, daba la impresión que él no deseaba estar allí. No quería estar allí. Él no era como esos otros divos que van al metro con la falsa ilusión de que una mañana un príncipe musical venga en su caballo blanco y les ofrezca producir un disco que les haga sonar en los 40principales. Él no estaba esperando poder dar una entrevista contando su humilde historia de músico callejero. Tengo la impresión de que no, que él no.

Él cantaba con voz seca, dura. Él cantaba con la voz del que sabe que la nevera sigue vacía y que hay que salir a pelear el plato de sopa. Con la voz del que ha cogido la guitarra que acumulaba polvo en el fondo del armario y se echa a la calle para conseguir salir adelante. Él cantaba con la voz de aquel que no tiene verguenza porque hasta esa la ha empeñado.

Y allí se quedó, mientras yo me iba a casa.

Y aunque mi imaginación había recreado en mi cabeza aquella escena típica de cuento de navidad, y con la duda de si esa historía pudiera ser verdad, salí del metro, sonriendo, tarareando su canción.

Hay que joderse qué tonto es todo algunas veces.

Nieve en Madrid

Han finalizado las navidades con una espectacular nevada en Madrid, y las calles se han llenado de fotógrafos con camarones que no paraban de disparar. Yo también he sacado la mía, por supuesto.

The king of Kong, por un puñado de monedas

En 1982, Billy Mitchell, estableció un record que se ha mantenido imbatido durante más de 20 años: 874.300 puntos en el Donkey Kong. Pero, Steve Wiebe, un profesor de Redmon cuya vida ha sido una catastrófica sucesión de frustraciones y desdichas, ha decidido que quiere ser el número uno en algo.

The King of Kong (año 2007) es un documental que narra la odisea de Steve para batir el record de Billy, el mejor jugador de videojuegos del siglo. Y, de paso, nos cuentan algunos de los mejores años de la época de oro de las recreativas.

Para los que estéis pensando que esto es una broma, ojito que no lo es. «The king of Kong» es, no sólo un buen documental sobre videojuegos, sino una bonita historia de superación (ahí lo llevas). Un guión a la altura de las mejores películas: hay buenos, hay malos, hay giros argumentales, hay lágrimas, hay venganzas, puñales por la espalda, momentos de tensión y un reparto imposible de olvidar. No os perdáis la presentación de personajes (primeros 20 min.), con un Billy a la altura de los mejores malos de película, y un Steve caricaturizado como el tipo más perdedor de la historia.

O también el momento en que Billy consigue el record de la partida de pac-man perfecta o los planos en acetato de Steve sobre el cristal de la máquina Donkey Kong con la estrategia a seguir.

Si os gustan los videojuegos, este es el documental definitivo. Si no os gustan, puedo prometeros que seran los 80 minutos mejor invertidos de la semana. En serio. Y si quereis una segunda opinión, preguntarle a mi hermano.

Desdeya en su proveedor peliculero habitual.

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