¿Y entonces qué hago?

Mi hermano anda estos días tratando de matricularse en su último año de carrera, y al mismo tiempo viviendo una de esas traumáticas experiencias que hace que uno pierda la fé en todo y acepte la derrota como algo habitual.

Antiguamente, matricularse en la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM (e imagino que en muchas otras también) suponían varias noches haciendo cola con el resto de estudiantes peleando por coseguir plaza en las asignaturas más deseadas. Hace una década, alguien decidió cambiar esto por un complejo sistema de sorteos que, aunque siempre dejaba infelices (yo en alguna vez lo sufrí), facilitaba el proceso de matrícula. Y hace unos cinco años, se empezó la matriculación online, en apariencia más fácil y simple, y desde el ordenador de tu casa.

Pues bien, este año, por causas que desconozco, el sistema ha entrado en barrena. La web de matriculación, el viejo y obsoleto sistema Metanet, lleva un par de días caído y prestando el servicio con irregularidad.

Consecuencia: cientos, si no más, de chavales que andan desquiciados tratando de hacer la maldita matrícula y sin saber si lo conseguirán.

Aparte del cabreo compartido con mi hermano, esta situación me despierta muchas preguntas y algunas certezas:

  • ¿Cómo es posible que una web que sólo debe funcionar correctamente dos semanas al año no funcione en ese exacto momento? Es bochornoso que esto ocurra. Bochornoso y vergonzoso.
  • ¿Creeis que habra muchos otros países dónde esto ocurra? Lo dudo.
  • ¿Creeis que una Universidad de la importancia de la UCM puede permitirse tener una intranet así?
  • ¿Cómo hemos permitido que un proceso que no debería ser más quer un simple papeleo se convierta en el momento más drámatico para un estudiante?
  • Tengo claro que la caida no es culpa de los ingenieros informáticos que gestionan la red, los cuales seguro que hacen lo que pueden con los recursos que tienen. Para buscar culpables hay que mirar más arriba.
  • Como consecuencia de la caída, la secretaría de la Facultad se saturará otra vez con extensas colas de estudiantes volviendo a generar tapones y el teléfono se colpasará de gente llamando y pidiendo una ayuda que no podrán ofrecerle. Esperemos que estén preparados para la avalancha.
  • En España internet es una puta mierda. Tenemos los accesos más caros y la peor calidad.

Hace tiempo me prometí no volver a criticar nada ni nadie en este blog, pero es que en casos como este la impotencia es tan alta que el recurso del pataleo se queda corto.

Vaya tela.

Polaroid PoGo, no tan mala idea

Ando algo revolucionado últimamente con el tema de la fotografía instantánea. Tras el intento fugaz de hacerme con una Fuji instax mini 55i este verano, al final recordé que en casa había una Polaroid de mi hermana pequeña. Como yo siempre creo en las segundas oportunidades, he comprado unos carretes y la Polaroid ha vuelto a sonreir.Encontrar carretes está siendo una odisea, pero eso os lo cuento luego. Ahora quiero hablar de Polaroid PoGo.

No sé si sabeís que Polaroid dejó de fabricar carretes para sus cámaras hace unos meses. Se ve que ya no hay mercado, algo que no me creo. Mercado hay, pequeño pero hay. Lo que pasa es que el trozo de tarta en el mercado digital es muchísimo más grande. Total, que entre las primeras ideas que han presentado está PoGo, una pequeña impresora de bolsillo, del tamaño de una cámara compacta, y que pretende ser su mejor amigo. La cosa funciona así: te llevas tu cámara en un bolsillo y la impresorita en el otro. Haces una foto, sacas la impresora y en unos segundos tienes la foto entre tu manos. Y ojo, que además de ser compatible con cámaras fotográficas también imprime imágenes desde tu móvil.

La idea no es mala. Es un primer intento de reinventarse y además mantiene el concepto de la foto instantánea. Pero a pesar de que el precio de la impresora y de sus carretes es bastante asequible (apenas 8 euros el paquete de 30 fotos y la tinta va incluida en el carrete), su tamaño es algo pequeño: fotos de apenas 7,5 x 5 cms.

¿Será suficiente? Y lo más importante, ¿será competencia para impresoras como la Canon Selphy CP750, que parece igual de portatil, imprime en 10 x 15 cms y no es excesivamente más cara? Yo creo que sí, que aunque es un producto muy mejorable, el tamaño puede ser suficiente y sin duda puede plantar cara a las grandes. A mi por lo menos me apetecería mucho probarla (¿hay algún responsable de producto de Polaroid en la sala?).

Lo que si que estoy seguro es que PoGo parece una buena manera de ir preparando el terreno para librar la batalla de las impresoras fotográficas.

Íñigo y el 4 de julio

Si ayer os hablaba de Eduardo, hoy quiero dejaros un par de enlaces de los nuevos proyectos de Iñigo:

  • Su nuevo proyecto fotográfico: «4th of july in Micanopy«. El visor de la cámara de Íñigo enfoca esta vez la celebración del 4 de julio en Micanopy, Florida. Los campos de beisbol, el desfile, las banderas,… En su blog tenéis el proyecto en pdf.
  • Y su nuevo portfolio.

Que los disfrutéis!

Eduardo en Japón

En el apartado de «amigos fotógrafos» quiero hablar hoy de Eduardo Moratinos, del cual ya os conté algo hace unos meses cuando expuso su proyecto «1/2».

Edu pertenece a ese reducto de fotografos los cuales, mientras el resto del planeta gasta cantidades ingentes de euros en poseer lo último en reflex digitales, ha decidio volver a las raíces y hacer fotografía a fuego lento: carretes, revelados, fotómetros, escaneado de negativos… Y eso se traduce en una fotografía más cálida, más viva, más atractiva, y diferente a todo lo que hacemos los demás. Y encima de todo eso, el tío es muy bueno.

Así pues, Eduardo no sólo tiene una magnifica colección de cámaras de medio formato, sino que además las utiliza con un estilo muy personal. Recientemente ha estado en Japón y de allí se ha traído una mochila llena de tomas grandiosas que poco a poco va colgando en su flickr. Una buena muestra de ello es la que acompaña este post (te pido permiso, Edu). Todas son tan espctaculares que me cuesta decidir cuál es la mejor. Y si no me creéis debéis echarle ahora mismo un vistazo a su álbum «Japan«, obligatorio no sólo para cualquiera que disfrute con la fotografía sino para todos los amantes del país nipón.

A ver si hay suerte y pronto podemos ver una exposición de este último trabajo. Yo ya voy sacando entradas por si acaso.

Para los que quieran conocer más de Eduardo, podéis visitar su fotoblog en flickr y su página personal Esmuz.net.

Mamá, ¿cómo se pone la olla exprés?

Ese es el título de un libro imprescindible que cualquiera que se vaya a vivir sólo debería tener en casa.

Consejos para planchar, trucos para quitar manchas imposibles, cuidado de mascotas, relaciones con los compañeros de piso, guías de reparación de pequeños desastres y, como no podía ser de otra manera, un simple recetario para conseguir comer algo más que pizza y congelados.

Además el libro está editado con muy buen gusto y se nota que han cuidado tanto las ilustraciones como las tipografías, todas muy al estilo moderniki revival que tanto está de moda.

«Mamá, ¿cómo se pone la olla exprés?» está editado por Hispano Europea y no os será muy difícil encontrarlo.

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