Ascensores

Los ascensores de los hospitales son salas del tiempo. Entras, se cierran las puertas y es como si la realidad hubiera dejado de existir. Estás en otra dimensión.

Todo se detiene y flotas en una especie de mar del tiempo, aguantando la respiración bajo una luz tenue. Da igual si afuera es de día o de noche. Nada de ruido, nada de movimientos bruscos. Sólo el silencio.

Y entonces se vuelven a abrir las puertas y la realidad se mete por cadas uno de los poros de tu piel. Te invade.

Existe un lugar donde hay un funicular psicodelico.

(‘Funicular psicodélico’, de Javier Alcazar.)

2 Comentarios »

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  1. El Funicular Psicodélico, de Javier Alcázar.

    Madre mía. Qué viaje de vuelta de 10 años, de repente.

    Gracias, primo.

    Comentario por Julito — 8 enero 2007 #

  2. este post no lo he entendido aunque sí recuerdo esa sensación que producen los ascensores del hospital. De todas formas, lo que de verdad me ha recordado es una historia muy caliente que me pasó en uno de ellos… ejem, a lo mejor me inspiro y os la cuento. No todo iba a ser blanco y silencio siempre en un hospital…

    Comentario por aida — 9 enero 2007 #

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