Luanco

Hotel d’Orsay

Los foteros tenemos estas cosas. Que de repente nos quedamos parados, como en estado de shock, mirando hacia una pared. El mundo se detiene. Y los que van contigo piensan: «¿le habrá dado un chungo a este?». Pero no, tú estás mirando esa pared como si fuera lo más increíble que has visto en tu vida.

Los que hacemos fotinchis somos así de absurdos. Tanto como para hacer una docena de fotos de la misma pared e incluso dedicarle un set de fotos entero a un parking.

Querednos, por favor, que en el fondo somos gente maja. ;-P

Valencia, el futuro ya está aquí

En Semana Santa aprovechamos para hacer uno de esos viajes que llevábamos mucho tiempo con ganas de hacer: ir a Valencia a visitar La Ciudad de las Artes y las Ciencias. Sólo puedo decir que ha sido ¡impresionante!

Cuando me imagino cómo serán las ciudades en el futuro tengo la sensación de que serán algo bien parecido a lo que he visto allí.

La verdad es que paseando entre los diferentes edificios de este complejo, no podía dejar de pensar en Gaudí: los arcos, las curvas, las parábolas, la naturaleza integrada con los edificios, el uso de trancadis (los mosaicos de cerámica) … Absolutamente genial.

Otra cosa ya es cómo los están llenando, porque mientras el Oceanográfico es muy recomendable, no puedo decir lo msimo del museo de la ciencia. Más de un 20% de los experimentos estaban rotos, otros muchos no estaban nada bien explicados y la verdad es que los temas de las exposiciones me dejaron más bien frío. Era lo que más me apetecía visitar y al final resultó ser bastante decepcionante. A ver si se ponen las pilas.

Por lo demás, el par de días que pasamos en Valencia se nos quedaron cortos para ver la ciudad. Volveremos pronto.

Las fotos, como siempre poco a poco aquí.

Diario de unos madrileños en Barcelona, y III

El finde pasado estuvimos por Barcelona, esta vez haciendo turismo.

Yo no debería ir a ciudades como Barcelona, porque veo a toda esa gente montada en bicis y me creo que es posible hacerlo en Madrid, y claro, no lo es. Pero los ves a todos tan tranquilos, conduciendo sus bicis de paseo, aparcándolas en el puerto, en las rambas, a la entrada de los bares…. Qué envidia!

Bacelona es de esas ciudades que uno debe ir de vez en cuando para inspirarse y coger buenas ideas. Es una ciudad donde todos se han creído que llevan el diseño en la sangre (¡cuánto peso tiene Gaudí en todo esto!) y tratan de demostrártelo a la mínima: en los carteles de la calle, en las fachadas, en los escaparates, en las marquesinas, en las paredes de cualquier bar, en los manteles… hay diseño por todas partes. Se nota que hay una preocupación artística general. Me he venido con la libreta llena de nombres de fotógrafos, de patrones de diseño, de enlaces a webs…  Como digo, una ciudad muy inspiradora.

Por lo demás, aprovechamos para visitar algunos lugares que nos habíamos dejado la última vez (en concreto La Catedral del Mar), para conocer algunos restaurantes e hincharnos a comer (ya subiré las direcciones a 11870) y para caminar sin parar durante 4 días y  tostarnos en la playa hasta ponernos rojos como guiris.

La foto de arriba la hice en el callejon donde estaba el restaurante modernista Els Quatre Gats.

Schellingstrasse

Calle Schelling, Munich.

El muñeco de nieve

¿Habéis visto alguna vez un muñeco de nieve que mole más que este? ¿No es perfecto?

Hemos pasado el finde en Quintanas de Gormaz, Soria. Estábamos visitando Calatañazor cuando se nos vino encima una nube de nieve dejando caer algunos copos. La nube nos acompañó hasta Quintanas, y una vez allí, rompió a nevar como si no lo hubiera hecho nunca. En apenas un par de horas el pueblo estaba cubierto por la nieve.

Los chavales se juntaron en la plaza y empezaron a hacer un muñeco ayudados por la pala gigante de uno de los vecinos. Y ahí le tenéis: un muñeco de nieve con su gorro, su bufanda y su nariz de zanahoria.

Los coches del futuro pasado

En Turín nos invitaron a ver «Dream, coches del futuro desde 1950«, una exposición de prototipos y concept cars desde los años 50 hasta hoy. Aunque los modelos más actuales eran muy llamativos, nada como ver prototipos de los años 50 y 60. En muchos casos, modelos únicos.

Fue impresionante echar un vistazo a cómo imaginaban hace cinco décadas que serían los coches del futuro o cómo eran esos prototipos que los diseñadores más talentosos dibujaban. Pasamos un rato fabuloso entre bólidos con líneas redondeadas, con aletas, turbinas, y esos preciosos embellecedores metálicos.

Si tenéis oportunidad, pasaros por allí. Si no, ahí van algunas de mis fotos.

Gracie, Torino!

Ya estoy de vuelta de mi viaje a Turín, donde fui junto a César para asistir al congreso europeo de la UPA, asociación de profesionales de la usabilidad de la cual dnx era patrocinadora.

Ha sido la primera vez que he viajado a Italia y la verdad es que he disrutado bastante. Me traigo la maleta llena de muy buenas ideas, pero por encima de ello, habiendo conocido a gente muy interesante y agradable tanto como para charlar profesionalmente como para salir por la noche a quemar Turín.

Cinco días para asistir a conferencias, para visitar alguna exposición, para apuntar en la libreta buenas ideas, para charlar con otros compañeros del metal llegados de los cinco continentes, para utilizar cacharros mágicos, para sellar compromisos con apretones de mano sobe un plato de espagetis y para hacerme promesas personales como si fuera año nuevo. Cinco días de no parar de hablar inglés y de inventarme el italiano, de ofrecerme como anfitrión para futuras visitas, de cerrar bares y de volver al hotel sin oler a tabaco (que grande!!).

Han sido unos fabulosos días en una ciudad que, si bien está algo vieja (vetusta, que diría Clarín), respira diseño en muchos lugares. A ver si saco algo de tiempo para contaros poco a poco todo esto en detalle, que tengo muchas ganas de hacerlo.

En este álbum podéis ir viendo las fotos que he hecho, que no han sido muchas.

Gracie mile, Torino!

Íñigo y el 4 de julio

Si ayer os hablaba de Eduardo, hoy quiero dejaros un par de enlaces de los nuevos proyectos de Iñigo:

  • Su nuevo proyecto fotográfico: «4th of july in Micanopy«. El visor de la cámara de Íñigo enfoca esta vez la celebración del 4 de julio en Micanopy, Florida. Los campos de beisbol, el desfile, las banderas,… En su blog tenéis el proyecto en pdf.
  • Y su nuevo portfolio.

Que los disfrutéis!

Eduardo en Japón

En el apartado de «amigos fotógrafos» quiero hablar hoy de Eduardo Moratinos, del cual ya os conté algo hace unos meses cuando expuso su proyecto «1/2».

Edu pertenece a ese reducto de fotografos los cuales, mientras el resto del planeta gasta cantidades ingentes de euros en poseer lo último en reflex digitales, ha decidio volver a las raíces y hacer fotografía a fuego lento: carretes, revelados, fotómetros, escaneado de negativos… Y eso se traduce en una fotografía más cálida, más viva, más atractiva, y diferente a todo lo que hacemos los demás. Y encima de todo eso, el tío es muy bueno.

Así pues, Eduardo no sólo tiene una magnifica colección de cámaras de medio formato, sino que además las utiliza con un estilo muy personal. Recientemente ha estado en Japón y de allí se ha traído una mochila llena de tomas grandiosas que poco a poco va colgando en su flickr. Una buena muestra de ello es la que acompaña este post (te pido permiso, Edu). Todas son tan espctaculares que me cuesta decidir cuál es la mejor. Y si no me creéis debéis echarle ahora mismo un vistazo a su álbum «Japan«, obligatorio no sólo para cualquiera que disfrute con la fotografía sino para todos los amantes del país nipón.

A ver si hay suerte y pronto podemos ver una exposición de este último trabajo. Yo ya voy sacando entradas por si acaso.

Para los que quieran conocer más de Eduardo, podéis visitar su fotoblog en flickr y su página personal Esmuz.net.

La droguería ambulante

Esta foto la hice en el viaje de navidades a Muñotello, Ávila. Me traje algunas fotos muy chulas de allí, pero ninguna como esta.

Es una tienda ambulante de las muchas que recorren estos pueblos donde hay pocos habitantes. Allí montar una tienda no compensa tanto como en una ciudad. Por eso estos camiones recorren los pueblos parando en cada uno para que la gente pueda abastecerse de los productos necesarios.

La foto la he ido a colgar mil veces, pero siempre se había quedado para un «después». Hoy era el día.

En tamaño grande aquí.

Música en la calle

Los Teoporos‘ son la banda de música de la Facultad de Medicina de Bordeaux. La otra noche me los encontré en Barcelona, tocando frente al Maremagnum para sacarse unas pelillas.

Es una orquesta de instrumentos de viento (no sé si esto tiene un nombre más académico) y tocan canciones clásicas pero a un ritmo endiablado. Además bailan y actúan, eso sí sin soltar sus intrumentos.

En su repertorio también hay guiños al público con canciones de Michael Jackson o bandas sonoras de cine y televisión, como la de Hawaii 5.0..

Desde luego ‘Los Teoporos’ no son una banda típica. En su página web podéis ver sus vídeos, fotos, calendario de actuaciones e incluso descargar uno de sus discos. Por la patilla y libre de derechos, por supuesto.

Diario de un madrileño en Barcelona, II edición

Estos días he tenido la suerte de volver a Barcelona. Aunque he ido por temas de trabajo siempre queda algún hueco para dar una vuelta.

Barcelona es una ciudad llena de cosas bonitas. Paseas con la continua sensación de que en la siguiente esquina vas a encontrar algo interesante: un letrero, un escaparate, una fachada, un portal, una imagen, un objeto… Y así es.

Barcelona parece haberse detenido en el 1900, cuando se convirtió en uno de los principales focos europeos donde el modernismo tomo cuerpo. Y aunque han pasado más de cien años, el espíritu se mantiene.

Y como en aquella primera edición de aquel Diario de un madrileño en Barcelona, os listo algunos de los lugares que he visitado en este viaje.

  • El Mercado de la Boquería, y sus colores.
  • El Maremagnum, y su puerto con su mar y sus barquitos.
  • La Fonda, y sus pulpitos encebollados.
  • El Comerç24, y sus tapas de diseño.

A ver si en los próximos días me da tiempo a comentar alguno de ellos en detalle. Por ahora os dejo un enlace a las fotos.

Virgen de la Palma

Otra de las historias que más me han sorprendido este verano es la de la Virgen de la Palma.

En el 1755 un espectacular terremoto ocurrió frente a las costas de Lisboa. Alcanzó un 8,7 en la escala de Ritcher y hubo destrozos en toda la península ibérica. Toda la costa atlántica sufrió mucho y 250 años después aún se recuerda como uno de los más devastadores de la historia.

Volvemos a Cadiz. Aquel día, poco después de amanecer, un tsunami barría el litoral. El agua empezaba a entrar en la ciudad destruyendo todo a su paso. En ese momento, y según describe la placa situada allí, un fervoroso sacerdote cogió la imagen de la Virgen, salió a la calle y le ordenó al mar que se detuviera.

Y el mar se detuvo.

En Semana Santa el gaditano barrio de La Viña acude todos los años a cantarle a su virgen en el mismo lugar donde se obró el milagro, pocos metros delante de la Iglesia.

Cromwell y la Wikipedia os cuentan con más detalle aquel seismo.

Vivir en un castillo

Que levanten la mano todos aquellos que vivan en un castillo. ¿Nadie? Bueno pues, salvo que haya en la sala algún familiar de la Cenicienta, me temo que seré yo el que dé un paso adelante.

Vale, yo no vivo en un castillo pero mi abuela sí vivió en un castillo. Para ser exactos vivió en el Castillo de Santa Catalina, en el mismo casco histórico de Cádiz.

Mi bisabuela era la regenta de la cantina del castillo y mi abuela y sus dos hermanas vivieron allí en el periodo entre la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil Española. Durate aquellos años el castillo fortaleza de Santa Catalina era utilizado como cárcel política. Allí vivieron el encacelamiento de Sanjurjo y de Varela. Incluso mi tía abuela llegó a ser tan amiga del hijo del General Sanjurjo que el Diario de Cádiz inmortalizó a los dos niños en una foto abrazados entre lágimas el día de su liberación. Jesús Nuñez cuenta con detalle esta etapa en un artículo.

Mi abuela recuerda con mucho cariño aquellos años, por eso la parada en el castillo era obligatoria durante mis vaciones en la costa gaditana. Momento que también aproveché para ver a la parte de nuestra familia que vive allí.

Las obras de restauración iniciaron en 1990, y aún continuan, pero el castillo está abierto al público. Podría contaros muchas cosas de Santa Catalina: su impresionante silueta en forma de estrella, su ubicación estratégica entre las rocas, las vistas que hay de la Playa de la Caleta, la pasarela al Castillo de San Sebastián… Pero eso dejo que lo descubráis vosotros.

Yo sólo quería decir, muy orgulloso, que mi abuela vivió en un Castillo. Y también que estos días estamos disfrutamos mucho todos juntos viendo las fotos.

Los de Bilbao nacemos donde queremos

Los de Bilbao son de una madera distinta. Y si no, atención a la propuesta de ruta de viaje que hace Google Maps a los que quieran ir de Bilbao a Nueva York. Fijaros en el punto 25.

Receta para un buen fin de semana

  • Un grupo de 9 amigos y amigas.
  • Una casa rural de dos plantas a no más de dos horas de viaje.
  • Una barbacoa con solecito de primavera.
  • Miles de litros de sangría y algo de alcohol duro.
  • Tortitas para desayunar, browny para cenar.
  • Cumpleañeras y regalos.
  • Algo de música de pachanguilla.
  • El ‘Singstar’ y sus micrófonos.
  • El ‘Rayman Rabbids’ y los wiimotes.
  • El ‘Dance Dance Revolution’ y sus alfombrillas.
  • Una peli de Andrés Pajares.
  • Un dado.
  • Miles de flashes y miles de fotos. Y algún vídeo.
  • Un pájaro cuco, un gato, un gallo, una vaca y el lechero.

De Madrid al cielo…

… Y desde allí un agujerito para verlo. Al menos eso dice la leyenda.

Quiero hoy tomarme la licencia de dedicar unas líneas a la ciudad en la que vivo, Madrid. Sé que muchos de los que me leéis sois de Madrid, pero también hay muchos que sois de fuera. A los segundos, os invito a venir y entender el porqué de ese dicho.

Lo normal es siempre decir que hay ciudades por ahí realmente impresionantes: París, Roma, Londres, La Habana, Nueva York… Yo quiero reivindicar a Madrid y decir que tiene muy poquito que envidiar a todas ellas.

Podría estar horas y horas hablando de los estupendos lugares que conocer, pero tampoco quiero aburrir en exceso. Simplemente voy a dejaros una colección de enlaces que llevo tiempo queriendo colgar y que hoy agrupo en este mismo post. Disfrutarlos:

  • Empezaré recomendado un libro que regalamos a mi padre por Reyes: Atlas ilustrado de la historia de Madrid, con mapas y planos que muestran la evolución de las calles y edificios de Madrid desde que se fundó como aldea medieval hasta hoy.
  • Madrid Directo: El único programa que destaca en la últimamente desamparada Telemadrid. Más de diez años en antena siendo de los mejores y lanzando al estrellato a muchos de sus reporteros.
  • Madrid como plató de cine: Ya estoy aburrido de ver esas películas americanas donde parece que todo lo que ocurre sólo ocurre allí: caídas de meteoritos, invasiones alienígenas… La serie “Los simuladores”, que ojalá vuelva pronto, esta rodada en Madrid. “Aída” utiliza cabeceras grabadas en las calles de mi barrio. Ewan McGregor se pasea por El Prado rodando “The Tourist”. Qué buen rollo da ver una buena serie y reconocer todos los escenarios… Si quieres rodar, ponte en contacto con Madrid Film Comission. Ya han facilitado más de 315 rodajes.
  • Madridpedia: Recién estrenada la semana pasada, la que pretende ser la enciclopedia ciudadana de Madrid.
  • Madrid Mobs: Las acciones urbanas (flash mobs) llegan a Madrid. Llevan un par de años haciéndolas pero yo me enteré la semana pasada, cuando hicieron la guerra de almohadas. A ver si puedo ir a alguna.

Y por hoy ya es suficiente.

Moleskine City Notebooks, para ser el más guay viajando

Si eres un Gafapastez de pró, te apellidas Gómez-Acebo, o sueñas con ser como Paris Hilton, no puedes ir de viaje sin tu Moleskine edición especial City Notebook. Con mapitas, direcciones, separadores… y todo tipo de cosas para ser el más guay viajando. Y todo ello con el inconfundible sello de la casa Moleskine.

Con esta libreta, sólo Gunila podría eclipsarte.

Visitando Fort Bravo

Siempre quise ser un vaquero y vivir en el Oeste. En carnaval siempre me ponía el chaleco, me colocaba el sobrero, y sacaba brillo a mi reluciente revolver de plástico. Así que este verano cogimos la máquina del tiempo y viajamos hasta Fort Bravo, a ver si por casualidad veíamos a Marty McFly o a Emmet Brown, preparando el DeLorean.

Les buscamos en el Saloon, pero allí no estaban.

Nos escondimos cuando el Sheriff y sus ayudantes peleaban con unos forajidos en la plaza del pueblo.

Tampoco vimos a ningunos de los Justicieros, ni al hermano feo de los Calatrava, implorando a Manitú. Ni al enterrador, con su «quien a buen árbol se arrima, buena soga le cobija».

Al final nos volvimos a 2006, no vaya a ser que alteremos el contínuo espacio-tiempo. Eso sí, el gustazo de pisar la tierra haciendo sonar las botas y con el cuello de la camisa levantado no nos lo quita nadie.

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