Asco [Televisión]

Asco. Me da verdadero asco. Cada vez que veo en al tele a uno de los ‘grandes hermanos’ o a cualquier otro ‘cutre famosillo’ de estos, siento asco. Asco y vergüenza por ver lo fácil que les resulta a ciertas personas vender su alma por cinco minutos de fama. Ver como derraman falsas lágrimas contando lo triste que son sus vidas o aireando escándalos. Me dan pena esos profesionales de la televisión, periodistas y directivos, que permiten que esta gente siga apareciendo en nuestras teles porque les viene bien seguir la corriente y llevarse el dinero sin molestarse en pensar en nuevos formatos de entretenimiento. Porque una de las funciones de la tele es entretener.

Podría hablar mucho sobre ello: del negocio en que se ha convertido esto, de los cientos de famosillos que surgen cada día, de la vergüenza de “el diario de Patricia”, de los malos programadores televisivos, de los responsables de las cadenas, del intrusismo laboral… en definitiva, de las razones que nos han llevado a tener una tele de tan mala calidad como la que ahora mismo tenemos. Pero no, hoy me voy a centrar en el asco que me dan estas personas.

A veces pienso que sería necesario crear un ‘Cuerpo de castigo’, al igual que hacían los monjes de Albert Boadella en ‘Purgandus Populi’, atrapase a todos estos ‘mamarachos’ y les diese una buena paliza para que se pensarán seriamente volver a salir en la tele diciendo memeces. Igual que Leo Bassi y su autobús subversivo, ir en masa a reclamar que esta gente vuelva al zoo del que nunca debieron salir.

Si alguien se anima, yo ya estoy echando la gasolina.

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